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Las crisis traen grandes pérdidas que inicialmente están fuera de nuestro control, esto nos hace tomar decisiones difíciles y con poca visión de a qué nos estamos enfrentando. Si intentamos ver más allá de la crisis inmediata tendremos que esforzarnos en analizar las opciones, dialogar con las diferentes visiones de un futuro común.

Hoy el mayor reto que tenemos todos, personas y empresas, coincide con la mayor constante que tendremos durante nuestras vidas: el cambio, ahora… ¿cómo no solo sobrevivir sino aprovechar los cambios?

Ya bien lo decía Darwin: “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.

En estos momentos en que las empresas de manufactura están reiniciando operaciones después de un paro importante por causas de la pandemia nos estamos enfrentando en muchos casos a nuevas condiciones en donde los pedidos, los costos, las estrategias de producción, los niveles de inventario y los motivantes son y tendrán que ser necesariamente diferentes a las que veníamos desarrollando.

Es momento de integrar un concepto holístico en nuestras operaciones, iniciar ese dialogo de diferentes visiones que comentamos hace unos momentos, ver a la empresa como un todo: finanzas, producción, mantenimiento, recursos humanos, logística, calidad, etc… tendremos que crear una visión transversal y deshacer aquellos silos empresariales; integrando visiones multidisciplinarias tendremos más oportunidades en el futuro.

Es momento de iniciar “limpiando” nuestras operaciones, volver a los básicos y de ahí impulsar la eficiencia y efectividad, esto es, formar los cimientos que nos darán la flexibilidad y rapidez para enfrentar los cambios.

Si tenemos una operación sencilla enfocada en lo realmente necesario podremos arrancar de manera sistemática las actividades de control y medición, así como la digitalización de nuestras operaciones, establecer un control total, lo que reforzará la ya iniciada flexibilidad para enfrentar los cambios y estableceremos las bases para un sistema de mejora continua robusto.

Y cierro con otra frase de un gran científico que se dedicó a darle uso práctico a la ciencia:Lo que no se define, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar.” Lord William Thomson Kelvin (1824-1907)